Nuestro nombre, Moccacía, nace de la majestuosa cascada que lleva el nombre 'la mocacia', un símbolo de vida y abundancia en Lengupá, Boyacá. Esta icónica caída de agua, que nutre las montañas y las plantaciones de café, es un recordatorio constante de la importancia del agua como fuente de vida y prosperidad. Inspirados en su belleza y significado, hemos construido nuestra marca con un compromiso firme hacia la sostenibilidad y el cuidado de este recurso esencial.
Cada paso en la producción de nuestro café está diseñado para respetar y proteger el agua. Desde el cultivo hasta el beneficio húmedo, implementamos prácticas que minimizan el consumo y evitan la contaminación, asegurando que las fuentes de agua locales sigan alimentando las comunidades y los ecosistemas de Lengupá. De la misma manera que la cascada de La Moccacía da vida a la región, queremos que nuestro café sea un símbolo de sostenibilidad y armonía con la naturaleza.
La cascada no solo representa el agua que riega las plantaciones, sino también la conexión profunda entre las familias caficultoras y la tierra. Es un recordatorio de que cada grano de café cultivado en Lengupá está impregnado del espíritu de esta región, donde el agua limpia y pura es el inicio de un proceso que culmina en una taza de café llena de sabor, historia y propósito.
Al elegir nuestro café, estás apoyando un modelo que prioriza el cuidado del agua y promueve un impacto positivo en las comunidades locales. La Moccacía no es solo un nombre, es un homenaje al agua como esencia de la vida y como motor de desarrollo para los caficultores de Boyacá. En cada sorbo, celebramos la unión de la naturaleza y el esfuerzo humano, llevando al mundo el sabor y la vitalidad de Lengupá.